Pensar en una radio con éxito hecha solo por jóvenes se nos antoja a los nuevos periodistas europeos un imposible, igual que los guineanos creían que una radio hecha solo por mujeres estaba destinada al fracaso. Radio Mulher ha roto los esquemas del periodismo. Desde España fui informada del posible rechazo cuando partió el proyecto, sin embargo, en mis dos meses de estancia en Bafatá, cinco años después de que la radio comenzara a funcionar, solo he encontrado colaboración y admiración de los bafatenses hacia la radio de mujeres. “Es tan respetable y de calidad como las demás”, afirman aquellos a los que pregunto. Pero no es una brecha a la que se hayan enfrentado sin dificultades.
Llegué a la radio escéptica con respecto a lo que una recién graduada podría enseñar a unas periodistas instruidas a base de práctica y experiencia, pero me topé de primeras con un problema aparentemente fácil de solventar. Identifiqué insuficiencias en la organización y el compromiso con los horarios y las tareas, lo cual impedía que los contenidos fueran preparados con antelación. Todos mis esfuerzos se orientaron a conseguir que entendieran la importancia de planificar los programas días antes de su emisión y no esperar a la improvisación. No sabía entonces que me faltaba comprender la complejidad del contexto en el que se suceden sus vidas. “Pero, Gabi, debes entender que muchas de nosotras, antes de ir a la radio, tenemos que salir al mercado a vender y ganar algo de dinero para poder comprar y hacer de comer lo que después almorzaremos”, me aclaró Fatumata un buen día.
Lolita, directora de la radio, acude cada mañana a dar clase en una escuela de educación primaria, para después de cuatro horas de lecciones continuar con el trabajo en la radio. También Bange se ve obligada a llegar tarde, ya que tiene turno de mañana en el instituto, mientras Aua lo tiene de tarde. O Aissatu, que para ganar un dinero extra hace algunas mañanas de peón de obra. En Guinea Bissau no existe el término de pluriempleado, o al menos, carece de connotación negativa. Ganarse la vida es tarea obligada, y un solo sueldo rara vez es suficiente. Además del pluriempleo, deben luchar contra las frecuentes enfermedades. No pasa una semana sin que alguna periodista acuda enferma a la radio y se vea obligada a marcharse antes de tiempo. Una vez tuve que colocar una manta por encima –con un calor de 30 grados– a Marta, que tirada en el suelo lloraba por el dolor y el malestar que sentía. Marta está embarazada y sufría de paludismo, como la mayoría de sus compañeras a lo largo del mes de noviembre, cuando la más conocida como malaria azota con más fuerza.
A pesar de todo, Radio Mulher emite sus ocho horas diarias cargadas de contenido y voces esperanzadoras. Una de las fortalezas que admiré desde los primeros días fue la capacidad técnica de todas. Manipulan la mesa y los programas de edición con la facilidad que aportan los años de experiencia. Solo tres de ellas han trabajado en la radio desde su apertura en 2018, en cambio otras forman parte del equipo desde hace escasos 12 meses. Pero son un equipo, y las más veteranas curten a las primerizas hasta que no hay diferencia alguna. Me sorprendió también lo variada e instructiva de la programación. Desde programas sobre educación, salud o música, hasta magazines que mezclan información y entretenimiento. Con el avance de las semanas, las formaciones parecen empezar a atisbarse en la realización, algo más ordenada y precisa, de los programas.
Con el tiempo fui comprendiendo que la mayor insuficiencia de las periodistas bafatenses, al igual que sucede en España, es la ausencia de espíritu periodístico y crítico. Las formaciones en periodismo narrativo, en las que traté de presentarles una forma más literaria y creativa de narrar la realidad y un modo más romántico de concebir el periodismo, pude observar la pasión en los ojos de las periodistas. El viraje de la mera comunicación superficial al periodismo crítico y en profundidad será lo que acabe de otorgar a Radio Mulher una dimensión superior a sus competidoras.
A las formaciones puramente periodísticas he decidido incorporar lecciones de pensamiento político, basadas en los apuntes de tres asignaturas que tuve la suerte de estudiar en la carrera y que considero indispensables para la formación del periodista: Historia del Pensamiento Político, Historia del Mundo Actual e Historia de la Propaganda. La segunda en cuestión sirve para contextualizar el surgimiento del llamado Estado Moderno y los primeros modelos democráticos y, por ende, las primeras líneas de pensamiento político, mientras las teorías y prácticas históricas de la propaganda son de obligado conocimiento por parte de cualquier periodista. En cuanto a la primera asignatura, su contribución consiste en la definición, categorización y el desglose de cada una de las corrientes de pensamiento político actuales, todas ellas presentadas a partir de las reflexiones propuestas por sus antecedentes teóricos.
Al contrario de conseguir la indiferencia de unos estudiantes poco acostumbrados a filosofar, los debates propuestos por los intelectuales a los que estudiamos hacen que las chicas se muestren apasionadas por la materia. “Los jóvenes necesitamos hacernos estas preguntas”, afirma una entusiasta Rugui, cuyas intervenciones durante las formaciones se basan siempre en razonables argumentos. Es enormemente motivador y satisfactorio para mí, como una igual a ellas que soy y me considero, poder exportar los conocimientos adquiridos durante mi etapa universitaria. Esos conocimientos que muchos de mis compañeros tachaban de “inútiles” y que son para las periodistas guineanas fuente de crecimiento profesional y personal.
En definitiva, a una semana de abandonar Guinea Bissau y la sede de Radio Mulher, que ha sido oficina y hogar durante dos meses, percibo que todo fluye en un camino ascendente y que el trabajo que queda, pese a ser mucho, ha sido identificado. La semilla fue puesta hace cinco años, tiempo en el que el talento y las competencias han ido germinando, ahora solo falta que el resto de periodistas solidarios que están por llegar acompañen a Radio Mulher en su proceso de florecimiento.
En cuanto a mí, solo espero que me consideren para ello. Sobre mi experiencia vital no tengo más que añadir que aún no he marchado y ya estoy soñando con volver a pisar –y pronto– la tierra roja que ha cambiado mi rumbo por completo.
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