Si acceder al hospital de Bafatá es dificultoso por razones económicas (consultas, intervenciones, medicamentos... todo es de pago) más lo es si a eso se le añaden las barreras físicas.
Pues bien, el centro sanitario tiene desde este momento una carencia menos gracias a las obras efectuadas con fondos de la Diputación de Sevilla y de la Mancomunidad de Municipios de Écija. Una carencia menos es poca cosa si tenemos en cuenta la larga lista de necesidades que muestra el hospital de la segunda ciudad de Guinea-Bissau.
La nueva escalera tiene una longitud de 60 metros metros, una anchura de 4 metros y salva un desnivel de 12 metros, equivalente a 4 pisos. Por su parte, la rampa para discapacitados tiene una longitud de 132 metros.
Esta infraestructura mejora la accesibilidad al hospital para los vecinos de los barrios bajos de Bafatá (Praça, Puente Nuevo, Payote y Nema), pero también es muy utilizada por quienes bajan al río a lavar la ropa y por los católicos de los barrios altos que acuden frecuentemente a la catedral de la ciudad, situada frente a Radio Mujer.
Desde hace décadas, los distintos accesos al único hospital de Bafatá (región que tiene unos 300.000 habitantes) se encuentran en una situación calamitosa por el abandono y por las frecuentes lluvias torrenciales que destrozan todo lo que encuentran a su paso. El objetivo que nos hemos marcado desde Periodistas Solidarios es contribuir a la mejora de los tres principales accesos.
En esta primera fase hemos construido la citada escalera y rampa. En la segunda fase, ya aprobada y dotada económicamente para ejecución durante 2022, acondicionaremos el segundo acceso que parte de la calle principal de Bafatá, junto a la farmacia, y desemboca en la entrada principal del centro hospitalario. Esta segunda fase consiste en la construcción de una plataforma de hormigón para el paso de ambulancias y peatones. La tercera fase, prevista para 2023, consistirá en el arreglo de la calle que accede al hospital desde el lado opuesto, junto a la sede del obispado
Situado en un altozano, al centro sanitario se accede por tres caminos y los tres sufren los estragos del abandono desde hace décadas. Los peatones que proceden de la parte alta de la ciudad, muchos de ellos enfermos o embarazadas, tienen que sortear una infinidad de socavones, desprendimientos, barrizales y basuras arrastradas por el agua. Los usuarios que acudían desde los barrios bajos de la ciudad se enfrentaban a un resbaladizo terraplén de doce metros de desnivel cubierto de piedras y barro arrastrados por las lluvias.
Para los que tienen el “privilegio” que acceder en coche o taxi, el único camino posible está sembrado de un sinfín de baches, lagunas, piedras y montones de desperdicios depositados por las lluvias del verano.
Además de un recurso para mejorar la accesibilidad, la escalera y la rampa se han convertido para los lugareños en una atracción y lugar para fotografiarse y difundir en las redes sociales.
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